Del mundo de las hamburguesas al de los vegetales





Abríó la envoltura de la hamburguesa. Puso un poco de aceite en el sartén caliente. Doró la carne a un lado, luego al otro. Abrió el pan hallulla que a veces podía tener queso o algún otro ingrediente y listo; tenía un almuerzo, la merienda de la tarde o la comida para cualquier hora en la que tuviera que comer. Esa fue la rutina de Benjamín Oliva hasta el 2017. Año en el que cambió drásticamente su dieta a base de hamburguesas a una vegetariana.


Desde que estaba en el colegio, Benjamín llegaba a su casa y se preparaba la infaltable. La hamburguesa que según él, era “lo más fácil de preparar”. Sin embargo, las consecuencias tras años de ingerir la carne procesada, lo llevaron a realizar un gran cambio en sus hábitos. Llegó a Concepción desde Chillán para estudiar Ingeniería en Biotecnología Vegetal y a sus 21 años, se ha vuelto cada día más amigo de las frutas y verduras.


Antes de los vegetales
“Estaba lleno de espinillas”, dijo. Su piel era grasa, el rollito de la cintura estaba presente y además del aspecto físico, su cuerpo estaba desganado. Se cuestionó por qué estaba así. En algunos momentos pensaba que era por beber alcohol en temporadas de fiestas y en otros, se pasaba por la cabeza otros motivos responsables de su falta de energía. Eso que “hacía que todo me diera paja”, dijo.


Según la licenciada en Nutrición, Cecilia Medina Avendaño, los alimentos procesados como las hamburguesas son altos en grasa y sodio y se suelen acompañar  de pan, compuesto principalmente de carbohidratos. Estos alimentos al ser ingeridos, provocan que el cuerpo trabaje mucho por lo que se cansa y además, provoca cansancio y desanimo. “Porque tu no te comes por ejemplo, un carbohidrato listo sino que uno complejo”, explicó, donde agregó que el organismo tiene que sintetizar las largas cadenas de átomos para transformarlas a simples y ser finalmente absorbidas.


El camino del vegetariano
Luego de ver documentales y emprender un camino de búsqueda del conocimiento sobre la alimentación, Benjamín descubrió que la culpa de su piel grasa, su rollito de más, su falta de energía y los riesgos de enfermar que que tendría, lo llevaron a cambiar drásticamente de alimentación.


Ahora los frutos secos son sus preferidos “porque no se necesitan cocinar” mencionó, y además, en el snack encuentras energía, vitaminas y fibra. Otro de los alimentos preferidos en sus  menús, son las legumbres que casi siempre están presentes.


El camino no fue fácil, pues tuvo que hablar con su círculo de amigos para que ya no le ofrecieran carne y respetaran su decisión de comer solo alimentos a base de verduras, cereales y alimentos que le proporcione los nutrientes necesarios. De este modo se hacía más llevadero cuando el cuerpo pedía a gritos esos alimentos que había dejado. “Fue como una abstinencia” confesó.


Según la nutricionista Medina, los cambios bruscos en la alimentación provocan ansiedad y son perjudiciales para la persona. Por esto, recomienda tomar un hábito que se adopte paulatinamente  y que sea supervisado por un profesional.


Hoy en día, Benjamín dice que su piel está hasta más brillante. Los amigos que lo rodean, notan el cambio en su cuerpo. “Me dicen que estoy más flaco, pero no saben que  también hay ejercicio y actividades”. Conoce más recetas que ha ido recolectando a través de otros vegetarianos y otras por internet.


El sartén estaba caliente. Unas gotas de aceite en la superficie esperaban para saltear los champiñones, el morrón y el choclo que serían los ingredientes principales de su receta. El pan integral esperaba para acompañar el platillo.



Stephanie Moris 

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